Anoche, solos en el balcón,
sentí mis ojos brillar otra vez,
por aquel instante fui feliz:
me entregué, y creí…
Creí en sus palabras, en su sonrisa,
y por sobre todo, creí en sus ojos…
Creí en la noche que abrazaba
aquel momento delirante,
creí en el viento tibio
que nos acarició suavemente,
creí porque sentí adentro
como estremeció todo en mi…
¿Como no he de creer en sus ojos?
Si en solo minutos me inunde
de la paz de su mirada:
y yo me entregué y creí…
Y aunque no fuera cierto,
fue suficiente lo que tuvimos…
la noche y sus ojos me obligaron
y yo me entregué, y creí…
2 comentarios:
Qué bello espacio has creado, chiquita! Y qué lindo tu poema...
¿puedo volver en otra ocasión?
Besitos ;)
Coincido con patrulich...bello espacio y hermosas imágenes las de tus poemas.
Un abrazo.
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