¿Concédeme el honor de esta pieza?
que lindo danzas, poeta extraño,
Y yo poeta errante me dejo llevar,
por tu mano y por la locura.
¿Concédeme el honor de esta pieza?
Acaríciame con tu mirada
mientras nuestra danza se hace éxtasis,
y el absurdo pierde su lugar,
Yo poeta errante me dejé llevar
por la sombra de su locura
en esta habitación obnubilada de paz
y como no hacerlo tierna confesión…
Sólo un suspiro en su oído
para cambiar la distancia de sus rostros,
para llenar la piel de caricias,
y como no dejarse llevar, tierna confesión.
Entre locuras y giros suaves;
los que ayer danzaban
Hoy no son dos… tierna confesión:
un nuevo ángel ha comenzado a respirar.
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