Detenerse, por placer... no por rendirse, no por miedo, ni por falta de camino...
Detenerse un instante, mirar por la ventana, mirar el cielo, mirar por mirar, mirar alrededor, mirarse también...descubrir/reconocer lo imperceptible... un cielo nublado, casi blanco, poderoso y confundido... cajones abiertos, marcas en el espejo, colores, muchos colores (fucsia, verde, blanco, rosado, azul, café y más) por cierto, que bellos que son los colores, los colores revueltos, los colores combinados, los colores (dicen) que dan vida... ehm yo no sé.
Detenerse ahora y escuchar esa canción que suena en el reproductor, un perro ladrando, el motor de un auto a lo lejos, el canto de los pajaritos al atardecer, ¿qué estarán diciendo los pájaros?... escuchar el sonido del viento, mi respiración, en silencio... disfrutar de ese pequeño instante de silencio.
Detenerse a pensar y sentir... de todo y nada a la vez... que ambivalencia... así es... detenerse sólo un momento (que el mundo no puede parar... pero si lo quieres, tú si te puedes detener un instante). Y como dije al comenzar... detenerse y de tenerse, por placer.
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